La “basculitis”: “Hoy peso 1 Kg más que ayer” – El miedo a la báscula
“Lo estoy haciendo bien, me peso en la báscula, y de un día para el otro he ganado 1 Kg”. Es muy frecuente que los pacientes vengan a consulta con este tipo de queja. El problema es que vienen preocupados y a veces frustrados por estos resultados. Y lo peor es que es un motivo frecuente de abandonos de la dieta.
Por ello, de forma general, hay que insistirles a los pacientes que se olviden de pesarse. Que tengan la báscula como una mera orientación para controlar su peso cada 2-3 meses. Pero que no se les ocurra pesarse semanalmente, y ni mucho menos a diario.
El primer motivo que nos lleva a dar este consejo es evitar las frustraciones. El segundo, que 1 Kg de grasa supone un almacén para el cuerpo humano de unas 7500 Kcal. Por ello, para que esa variación de 1 Kg de peso suponga una pérdida de 1 Kg de grasa, el paciente debe haber quemado 7500 Kcal más de las que ha comido.
Y lógicamente esas 7500 Kcal ni se ganan, ni se pierden en un día (ni probablemente en una semana). De ahí que esa variación de peso que ve al paciente y que tanto le preocupa, no responde a un aumento de grasa corporal. Y la grasa es lo que debería preocupar realmente, pues es de esta ella derivan las patologías.
¿Y por qué no pierdo peso?
Esta variación de peso responderá a cambios en el organismo debido a variaciones normales por el hecho de ser un ser vivo. Un organismo inerte, como una piedra, siempre pesa lo mismo. Un ser vivo varía su peso por fluctuaciones dentro de la normalidad en la concentración de líquidos, contenido en vejiga, alimentos… Por no hablar del margen de error que pueda tener la báscula.
Por otra parte, están los pacientes que junto con la dieta comienzan una actividad física que previamente no hacían. Lo normal es que estos pacientes puedan aumentar una masa muscular que previamente no tenían. Esto les lleva a un aumento de peso o falta de pérdida del mismo, pero esto para nada debería considerarse un mal resultado de la dieta.
De ahí la importancia de realizar a los pacientes estudios de composición corporal fiables, como la densitometría (DEXA) corporal. Estos son los que nos van a permitir diferenciar si se está produciendo ese aumento de masa muscular. O si, independientemente de lo que diga la báscula, se está consiguiendo el objetivo de quemar grasa corporal.
Por todo esto, debemos recordar a los pacientes que la báscula es una herramienta más en el control del proceso de dieta, pero no es el todo. Hay que utilizarla con sentido común y no caer en la “basculitis”, que los lleva a pesarse a diario y frustrarse. Y si ven que no refleja los resultados esperados, y ante la duda, salir de la misma con un estudio detallado de composición corporal.