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Buenos hábitos alimentarios pero obeso

La importancia del mantenimiento (III): Cuando los hábitos alimentarios no son tan malos.

Tras dos entradas dedicadas al mantenimiento, dedicaremos una última para dar unos consejos adicionales para conseguirlo a largo plazo. Esta va dedicada además para aquellos pacientes que no tienen unos hábitos alimentarios claramente malos, pero que no obstante, no consiguen el mantenimiento de su peso.

Pero si yo no tengo malos hábitos

Y puede ser verdad. Existen pacientes cuya forma de comer de modo general no es desequilibrada. No obstante, cuando llegan las épocas de “extras” se salen, como es normal. Si estos pacientes tienen una tendencia genética a engordar (es decir, sobrepeso/obesidad, aunque no lo manifiestan por sus buenos hábitos), es muy posible que vuelvan de esas fiestas con 2-3 Kg de más. Si esta situación se repite cada vez que hay “extras”, pueden acabar engordando sin que sepan cuál es la causa. Ahí entra uno de los factores que puede evitar esto y que no nos cansamos de repetir: el ejercicio físico. Este ejercicio será la mejor arma para evitar aumentar de peso en las épocas de “extras”. Si, por lo demás, el paciente realmente no tiene malos hábitos, no debería tener más problemas de sobrepeso.

Pero si cuando me casé pesaba…

En estos pacientes, el aumento de peso puede ser muy progresivo, pero constante año tras año. Basta un aumento de 1 Kg al año para que el paciente nos diga aquello de “cuando me casé hace 20 años, pesaba 20 Kg menos”. Y bien pueden ser pacientes que tienen buenos hábitos, aunque en ocasiones se relajan un poco, o bien pueden ser pacientes con malos hábitos, que lo compensan con una buena genética o con actividad física. La cuestión es ser consciente de esa progresión para poner remedio antes de que se vaya de las manos.

Ante todo, ser consciente

Recalcamos lo de ser consciente, pues muchas veces algo tan sencillo es lo que falla al paciente. Hay que ser consciente de que se tiene tendencia a aumentar de peso. Ese “sobrepeso” u “obesidad” que va a tener como tendencia para siempre ese paciente.

Hay que ser consciente además de que no se quema lo mismo según vamos cumpliendo años. No quemamos lo mismo a los 20 que a los 50, que a los 80. Por tanto, no podemos comer igual a los 20 que a los 50, que a los 80.

También hay que ser consciente de los cambios que se producen en nuestro cuerpo o en nuestra vida. El cambio que tal vez más se nota es el de la menopausia. En ese momento, el cuerpo de la mujer comienza a quemar menos calorías, se pierde masa muscular, se redistribuye la grasa, tendiéndose a acumular más en abdomen, y en global, si no se tienen buenos hábitos, se aumenta de peso. Así como otros cambios, como en el trabajo, en el domicilio, en la familia (nacimiento de hijos)…

Y finalmente también hay que ser consciente de que no podemos comer lo mismo si, por cualquier causa, nos vemos obligados a rebajar nuestra actividad física.

Una línea roja de «no traspasar»

Aunque hemos dicho en anteriores ocasiones que no aconsejamos pesarse, aquí sí que realmente la báscula puede tener su utilidad, sobre todo porque la tenemos a mano y en casa. Nuestro consejo es, en el mantenimiento, pesarse una vez cada mes o dos meses, no más, y tener un peso máximo que nos podamos permitir alcanzar. A partir de ese peso, deberían saltar las alarmas y hacer todo lo posible para rebajarlo.

Eso sí, si coincide con un momento en el que dejamos de hacer ejercicio, mucho mejor que la báscula sería un estudio de composición corporal, ya que podemos estar manteniéndonos en el peso, pero a expensas de perder músculo y aumentar grasa corporal, con lo que el peso no variará, pero la composición corporal sí.

En conclusión, si se tiende a aumentar de peso, aunque sea poco o a temporadas, hay que poner remedio. Primero, identificar cual es la causa que nos lleva a engordar. Si son malos hábitos alimentarios, o si son comportamientos esporádicos. Después, corregirlo, o siempre tenderemos a engordar. Y ante todo, recordar que no hay nada como la actividad física para evitar esta tendencia a engordar.

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